Método Sintotérmico

El Método Sintotérmico se reconoce principalmente al médico austriaco J. Roetzer.

Este es la combinación de varios métodos pues combina el del ritmo, Método de Billings, el registro de la Temperatura Basal, la autopalpación del cuello y el dolor intermenstrual de la ovulación.

Para llevarlo a cabo se pueden utilizar la combinación de todos estos métodos o solo algunos de ellos.

Se considera el más fiable entre los métodos de planificación familiar natural, ya que se observan varias manifestaciones o síntomas que permite precisar con mayor exactitud cuándo tienen lugar las fases fértil y no-fértiles. Se cree que su eficacia es similar a la píldora anticonceptiva hormonal.

Con el método sintotérmico de doble comprobación se emplean dos parámetros para determinar el final del periodo infértil preovulatorio y también dos parámetros para determinar el comienzo del periodo infértil postovulatorio.

Para conocer el final del periodo infértil preovulatorio se analiza el moco cervical (apariencia y sensación) y se hace el cálculo.

Para determinar el período infértil postovulatorio se toma la apariencia y sensación del moco cervical y se registra la temperatura basal.

Y en caso de que la mujer no pueda observar con claridad alguno de los parámetros anteriores, se le enseña la autopalpación cervical como parámetro auxiliar.

Si se busca un embarazo basándose en este método, se debe comenzar con identificar los días fértiles, para ello la mujer necesita registrar la temperatura todos los días y apuntarla en una gráfica.

Adicionalmente poco a poco la mujer podrá observar como el moco cervical va evolucionando hacia características de fertilidad: Es más abundante y fluido. La mujer se siente mojada y resbalosa o lubricada mientras que la temperatura sigue oscilando en un nivel de temperaturas bajas.

Una vez que ocurre la ovulación, cambia el moco, éste se vuelve transparente, elástico, como clara de huevo cruda y por otro lado la temperatura se eleva

Para mayor eficacia del método, se necesita la práctica de la abstinencia periódica, acuerdo entre los miembros de la pareja, comprensión y diálogo.

Es también necesario el apoyo del médico familiar, pues lleva un registro preciso de los ciclos menstruales de la mujer y cuando ha tenido irregularidades.