El 9 de septiembre es el día internacional de la belleza así que aproveché el momento para hablarles sobre este término, más aún en los tiempos actuales donde la redes sociales y los filtros muestran imágenes de nosotros casi perfectas, pero que la mayoría de las veces no concuerdan con lo que somos en la realidad, mucho menos nos dan una idea de lo interior, porque no muestran nuestra esencia. Así que buscando en la red y que soy lectora asidua de los artículos informativos del sitio "La mente es maravillosa", me encontré con lo que realmente tengo en mente para decirles. Dicen que la frase "La belleza está en el interior" está muy gastada, sin embargo es una afirmación que hace cualquiera que haya mirado más allá de la piel de una persona. En cuanto a la belleza externa casi siempre estamos inconformes: "No soy feliz como soy", "tengo un cuerpo que no me gusta", "no me veo bien", "detesto mis dientes, mi naríz, mis caderas", "tengo mucho kilos de más", esta forma de hablarnos se convierte en una especie de autosabotaje que crea inseguridades, merma la autoestima y sacrifica el amor propio. Otra cosa sería si nos enfocáramos en los positivo, en lo que nos gusta de nosotros y que no solamente se refiere a los físico, como la bondad, empatía, incondicionalidad con la que actuamos. A veces nos convertimos en aquello que pensamos y, con estas creencias, nos ponemos un disfraz que impide que el mundo nos vea tal y como somos. Pero hay veces que incluso el resto de la gente ve lo maravilloso que tenemos dentro antes que nosotros mismos.
Y entonces ¿Qué es lo más importante?
Lo importante es el alma, aquello que no se puede ver, eso que tiene su lugar más allá de la simple vista. La verdadera belleza es la interior, la única que no perece y la única que no se puede arrebatar. La verdadera belleza es una actitud. Vivimos preocupados por las apariencias, y por no desentonar ante los convencionalismos que nos aprisionan pero eso es lo que no nos permite mostrar al mundo nuestro esplendor. Un interior hermoso se construye amando la vida y deshaciéndonos de las ausencias y de los sentimientos negativos. Se constituye engrandeciendo por dentro, haciéndolo más extenso, eliminando la comodidad emocional y coleccionando momentos propios.
Una actitud positiva da mejores resultados que un cambio de imagen
No hace falta que fabriquemos nuestra belleza exterior con maquillajes y ropa de última moda porque la verdadera reside en nosotros mismos; cultívate con los pequeños detalles, búscate, encuéntrate. Si, sabemos que es difícil, porque estamos sumergidos en un mundo en el que podemos dejarnos llevar por todo lo que intentan vendernos sobre que la verdadera belleza se encuentra en el exterior, pero si cambiamos nuestra perspectiva, lograremos ver todo lo bello que reside en nuestro interior.
La belleza exterior no dura por siempre
El paso del tiempo arruga nuestro rostro, resta energía física, blanquea nuestros cabellos, pero nuestro interior va en dirección opuesta, pues con el paso del tiempo se enriquece. De nada sirve gastarse miles de pesos en cirugías si ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos y ¿qué queremos de la vida? No es bueno vivir con apariencias y tratando de agradarle a todos. Si miramos hacia nuestro interior y lo desarrollamos; nuestra belleza aumentará y realmente seremos mucho más atractivos a los ojos de los demás a pesar de que nuestro físico ya no sea tan joven. No nos malinterpretes, cuidar el físico es necesario, así como poner atención en nuestra salud mental y emocional, pero también debemos cultivarnos y crecer como personas. Embellecernos desde adentro se refleja de inmediato, rodéate de gente que piense como tú, que muestre un alma bondadosa, solidaria, ecuánime. Fuentes:
|