De acuerdo a la gravedad de la situación, se puede recurrir a un tratamiento ambulatorio o a la hospitalización. Una vez que la bulimia se ha detectado, se debe tratar de evitar los vómitos, normalizar el funcionamiento metabólico del enfermo, imponer una dieta equilibrada y
nuevos hábitos alimenticios. La curación de la bulimia se alcanza en el 40 por ciento de los casos, si bien es una enfermedad intermitente que tiende a cronificarse. La mortalidad en esta enfermedad supera a la de la anorexia debido a las complicaciones derivadas de los vómitos y el uso de purgativos. Es muy importante que si un integrante de su familia, sea niño, adulto o jóven, exhibe los conductas o síntomas de este trastorno alimentario acuda al médico. Y recuerde que la bulimia al igual que otras enfermedades se pueden prevenir, en este caso las fomas más indicadas son la eliminación del énfasis cultural y social en la perfección física y sobre todo con mucho amor, apoyo y comunicación entre la familia. |