La sexomnia, que se reconoció como un trastorno del sueño NO REM (es decir que no sueña y no recuerda nada de lo acontecido), hace algo más de diez años, normalmente la detecta en primer lugar la pareja del afectado, o los que conviven con él, cuando observan sus síntomas característicos: la masturbación, los gemidos, y abordar a la pareja para mantener una relación sexual, generalmente de forma agresiva. En muchos casos, a pesar de estar plenamente conscientes del trastorno, los pacientes tardan en recurrir a la ayuda de un especialista porque no saben que se trata de una patología médica, y en otros casos, debido a la vergüenza o el miedo a ser juzgados por otros. Es frecuente que sea la pareja la que insista en ir al médico debido a la insostenibilidad de la situación, ya que al estar consciente en todo momento, sufre con mayor fuerza de todo el trastorno. El paciente, como es lógico, solo se percata del daño una vez despierto. Para llegar al diagnóstico, el especialista empieza por interrogar al paciente y a su pareja, y si se confirma la actividad sexual durante el sueño sin que el paciente haya consumido drogas, alcohol, o cualquier sustancia que pudiera alterar su comportamiento o recuerdos, se le realiza una polisomnografía, una prueba que sirve para diagnosticar trastornos del sueño, y que registra la actividad cerebral y los movimientos oculares del paciente dormido. En la actualidad se desconocen las causas de la sexomnia, aunque los estudios indican que es más frecuente en varones, y especialmente en aquellos con antecedentes de terrores nocturnos o sonambulismo durante la infancia y adolescencia. Esta patología puede ser tratada con determinados fármacos y con terapia psicológica, siendo de gran importancia el apoyo de la pareja en muchos casos. Los resultados varían mucho de un paciente a otro. Para evitarla en muchos casos, como en otros eventos de parasomnias, el estilo de vida de la persona es muy importante. En muchas ocasiones los que padecen de sexomnia tienen síntomas también propios del insomnio como pueden ser la depresión y la fatiga. El alcohol y el uso de otras drogas también pueden empeorar la condición. Fuentes: |