La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual e infecciosa producida por la espiroqueta Treponema pallidum. Esta se puede transmitir congénitamente de la madre al feto. En estos casos, el bebé puede morir pronto o desarrollar sordera, ceguera, parálisis, deformidades o disturbios mentales. A esta enfermedad se le llama "La gran imitadora" ya que sus síntomas en la fase primaria y secundaria pueden confundirse fácilmente con otras enfermedades, haciendo que la persona le reste importancia y no acuda al médico. El padecer la sífilis aumenta el riesgo de contagiar otras enfermedades de transmisión sexual, como los chancros. Tratada a tiempo, la enfermedad tiene cura sencilla sin dejar secuelas. El 90% de las mujeres que la padecen no saben que la tienen porque en la mayoría de los casos, el chancro aparece en el cuello uterino. Cuando la bacteria entra al organismo, se disemina rápidamente y poco a poco invade todos los órganos y tejidos. Síntomas en la primera etapa Después de 10 días a 6 semanas del contagio, se presenta una ampolla no dolorosa que rápidamente se ulcera, convirtiéndose en una llaga circular u ovalada de borde rojizo, parecida a una herida abierta, su nombre es "Chancro Sifilítico". Se carateriza por su consistencia cartilaginosa. En el varón suele localizarse en el pene, aunque también en el canal anal o recto, dentro de la boca o en los genitales externos, mientras que en la mujer, las áreas más frecuentes son: cuello uterino y los labios genitales mayores o menores. El chancro desaparece al mes o mes y medio, pero no porque el enfermo se esté curando, sino porque la siguiente fase está por comenzar. Segunda etapa Puede presentarse medio año después de la desaparición del chancro y dura de tres a seis meses, provocando ronchas rosáceas indoloras llamadas "clavos sifilíticos" en las palmas de las manos y plantas de los pies (que a veces pueden aparecer en otros sitios como pecho, cara o espalda), se presenta fiebre, dolor de garganta y de articulaciones, pérdida de peso, caída de cabello, cefaleas y falta de apetito. A veces, unas erupciones planas llamadas condiloma latum brotan alrededor de los genitales y ano. Los enfermos no siempre llegan a la última fase; entre el 50 y 70% pasan a la etapa de latencia, en la que los síntomas se van y vuelven. Los clavos sifilíticos pueden ser muy contagiosos si existen heridas, pudiendo incluso contagiar a alguien por el hecho de darle la mano. Cuando la segunda fase termina, la sífilis permanece en el organismo durante mucho tiempo, hasta que vuelve a despertar en la fase primera. Tercera etapa En la tercera fase llamada también fase final, la sífilis vuelve a despertar para atacar directamente el sistema nervioso o algún órgano. Esta fase es la que provoca problemas serios y la muerte. Algunos de los problemas son: trastornos oculares y cardíacos, lesiones cerebrales y en la médula espinal, pérdida de coordinación de las extremidades. Aunque un tratamiento con penicilina puede matar la bacteria, el daño que haya podido hacer en el cuerpo es irrecuperable. Se puede curar fácilmente con antibióticos durante la primera y segunda fase. La bacteria espiral Treponema pallidum, espiroqueta puede ser tratada con Penicilina Benzatina. La penicilina también actúa en la última etapa aunque en ese caso debe ser penicilina g-sódica, ya que es la única forma de que se difunda el antibiotico por el LCR (líquido cefaloraquídeo), que es donde se encuentra la bacteria durante esta última fase. Quienes la padecen deben llevar una vida saludable con una dieta equilibrada y un sueño adecuado. Si la sifilis no se trata a tiempo, puede ocasionar demencia, problemas circulatorios, ceguera, parálisis, trastornos nerviosos y hasta la muerte. En algunos casos, las personas que supuestamente ya han obtenido la cura todavía pueden infectar a los demás. El haber padecido sífilis y haberse curado no implica inmunidad, ya que se puede volver a contraer. Nota: Este contenido no sustituye la visita al médico, si presenta molestias o sospecha que su pareja padece alguna enfermedad de transmisión sexual, acuda con su doctor de confianza o bien a un centro de salud. |