Estos derechos fueron expuestos en 1984 por el médico sexólogo Alonso Acuña Cañas en su libro "Sexo y Edad:, de la madurez a la vejez. 1.- El ejercicio de la sexualidad es una libre opción que estoy en capacidad de tomar. 2.- Mi expresión sexual es permanente y no depende de la edad. Es una faceta vital que varía con cada persona. 3.- Tengo el mismo deseo y derecho a recibir y dar caricias tal y como sucedía en mi niñez y juventud. 4.- Estoy en capacidad de expresar sanamente el afecto hacia las personas que me atraen. 5.- Puedo constituir mi pareja y compartir mis sentimientos sin límite de edad. 6.- Soy capaz de trabajar, de producir, hacer deporte y divertirme. Mi situación de retiro o pensión no me lo impide, antes bien lo facilita. 7.- Como persona mayor puedo tener el don de la elementaridad, como sucede en la niñez. Soy capaz de gozar de la transparencia del aire, del aroma de la flor, el color de las mariposas, el roce de una mano amiga, la ternura de una caricia, el murmullo de un manantial. Cada vez más en virtud de mi experiencia. 8.- Me aferro a la vida porque se de su valor y percibo el placer de vivirla, aunque en ocasiones disfrute en la soledad de mis recuerdos y parezca persona huraña. 9.- Tengo derecho a cuidar y mejorar mi imagen exterior, a transmitir a los demás la belleza interior que brota de mi cuerpo y gozar de toda clase de sensaciones que de el provengan. 10.- El llegar a la vejez significa que he sobrevivido y triunfado sobre la enfermedad y la muerte. Puedo transmitir con orgullo estas ideas a mis hijos, nietos y amigos, para que a su vez si ellos logran alcanzar la vejez, tengan entonces el privilegio de transmitirlas también, a sus nietos, hijos y amigos. Fuente:http://www.hoy.com.ec/home.htm. |
Factores para una vida sexual plena |
Sexualidad en la tercera edad.
Sexología